» Muy cerca de la orilla del Lago de Sanabria, en Ribadelago Viejo, se inicia el recorrido que se interna a través del estrecho y espectacular Cañón del Tera. A la salida del citado pueblo y, siempre paralelo al río, se encuentra la cerrada garganta. Después de dejar a la derecha el camino de San Martín de Castañeda y vadear el Tera por un improvisado paso, el sendero discurre por una zona de grandes piedras acarreadas por la corriente.
Al llegar a las primeras cascadas es necesario cruzar de nuevo el río y comenzar a ganar altura para salvar las primeras dificultades topográficas. Las huellas dejadas por las distintas glaciaciones cuaternarias en las rocas cámbricas de la zona caracterizan el relieve.
Profundos barrancos, circos glaciares, alturas aborregadas, ibones, morrenas y bloques erráticos son algunas de las muestras de la erosión producida por el hielo. En el privilegiado entorno del Parque Natural del Lago de Sanabria se pueden localizar hasta 40 lagunas de origen glaciar.
Una vereda cada vez más desdibujada alcanza, tras descender por unas escaleras naturales, la llamada Poza de Las Ninfas. Cascadas y pequeñas lagunas se alternan formando un rosario de gran belleza.
En el ensanchamiento de la garganta se forma el valle de la Cueva de San Martín. Desde aquí continuamos a Presa Rota, pozas, bosque autóctono y pequeñas mesetas con pradería nos llevan hasta la base de la antigua presa. (ver catástrofe de Ribadelago)
Retornamos por el mismo sendero hasta el desvío a San Martín de Castañeda, ascensión a media ladera hasta la parte alta en donde seguimos el sendero de Los Monjes que nos devuelve al punto de inicio. Bajada en ciertos tramos dura por su desnivel y la cantidad de piedras que tapizan el camino. Vistas amplias del Lago y su entorno.







































































